Este martes, 4 de noviembre, dimos a conocer el más reciente informe Cómo Vamos en Educación Básica y Media 2024, publicado en 2025. Muestra que la calidad educativa continúa siendo el principal desafío del sistema escolar en Manizales. En 2024, los resultados en las pruebas Saber 11 se volvieron a ver estables, de acuerdo con los últimos años, sin variaciones significativas. Esto ha mantenido brechas entre colegios públicos y privados, y empieza a mostrar rezagos frente a ciudades competidores y similares como Armenia, Pasto o Bucaramanga.
En esta ocasión se destaca que la calidad educativa en la ciudad no tiene solo una función en términos de aprendizajes, sino que también se empieza a ver como el eje que atraviesa las estrategias de permanencia en las aulas, acceso y cobertura.
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1. Calidad educativa
La calidad educativa en Manizales sigue siendo un desafío, pues no registró mejoras significativas en los últimos años en la prueba Saber 11. Los puntajes permanecieron estables, con tres de cada diez estudiantes que aún presentan dificultades en lectura y cuatro de cada diez en matemáticas. Solo el 32% de estudiantes alcanzó niveles superiores o avanzados en todas las subpruebas evaluadas (lectura, matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales), sin contar inglés. Las brechas persistentes entre colegios públicos y privados, y el rezago frente a ciudades comparables como Armenia, Pasto, Bucaramanga, Tunja y, en algunos casos, Pereira, evidencian la necesidad de revisar las estrategias aplicadas con éxito en otros territorios.
Manizales Cómo Vamos ha destacado estrategias que ha mostrado exito como (1) mantener las políticas en el tiempo, (2) acompañar a los actores educativos, (3) medir las apuestas con resultados y evidencia—en especial antes de la prueba en undécimo— y (4) reconocer los liderazgos escolares.
2. Deserción, extraedad y pobreza de aprendizaje
La permanencia escolar enfrenta riesgos asociados a la baja calidad de los aprendizajes y al rezago académico. En Manizales, coinciden en secundaria los niveles más altos de deserción y de estudiantes con edades superiores al grado que cursan: mientras el 4,1% abandona el sistema, el 5,9% presenta rezago por edad. Esta relación puede estar confirmando lo señalado por el Banco Mundial: cuando los estudiantes se atrasan en el currículo, aumenta el riesgo de abandono. La “pobreza de aprendizaje” —niños que a los 10 años no logran comprender un texto— amplifica este círculo de exclusión y afecta las trayectorias educativas. Se requieren estrategias tempranas de nivelación y acompañamiento pedagógico y psicosocial para evitar que la pérdida de aprendizajes consolide brechas irreversibles y abandono del colegio.
3. Cobertura educativa
La cobertura educativa en Manizales ha disminuido de manera sostenida en la última década: entre 2014 y 2024, la cobertura bruta cayó del 96,9% al 81,3% y la neta del 87,7% al 73,3%. Esta contracción supera la reducción demográfica y refleja problemas de retención y eficiencia del sistema. Las caídas son más pronunciadas en los niveles de educación secundaria y media. Además, la ciudad presenta hoy los indicadores de cobertura más bajos entre las capitales, lo que afecta su posición en otros indicadores de interés, como el Índice de Competitividad de Ciudades. Revertir esta tendencia exige reorientar la planeación territorial, aprovechar los cupos disponibles mediante un uso más eficiente de los recursos, garantizar equidad en el acceso y permanencia, y fortalecer las estrategias de identificación y atracción de niños y niñas por fuera del sistema.
